jueves, 18 de junio de 2015

Y de pronto...salimos volando

Un día cualquiera en un mes cualquiera de un año cualquiera alguien nace, supongamos que ese alguien eres tú, o yo, bien pues los años van pasando y esos bebes que ese día nacieron, ahora son unos niños traviesos y juguetones, inocentes sin conocimiento de la vida. Más adelante esos niños son algo mas grandes, ahora tienen la necesidad de que todo el mundo sepa que existen. Pasado un tiempo nos sentimos raros al lado de el sexo opuesto, seguimos queriendo jugar, seguimos sin conocer a la vida en toda su plenitud, pero empezamos a saber lo que es el amor. Es increíble querer a alguien de una forma distinta a la que quieres a un familiar o a un amigo, pues queremos a alguien un poco más íntimamente cuando esos niños crecen hasta ser adultos. También es triste que cuando ya somos adultos empezamos a entender la vida y nos damos cuenta de que no tiene sentido, porque como una vez nacimos, crecimos y vivimos de pronto crecemos demasiado y nos damos por vencidos, sin quererlo, sin remedio, nos apagamos. Y de pronto...salimos volando.   

                                                                 Por Irene Ramos Olea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario